| películas | crónica | festivales | premios | textos |
  

  

El último samurái

Año 2003
País USA-Nueva Zelanda-Japón
Estreno 09-01-2004
Género Aventuras
Duración 144 m.
ZINEMA.COM T. original The last samurai
   Dirección Edward Zwick
  Intérpretes Tom Cruise (Nathan Algren)
    Timothy Spall (Simon Graham)
  Ken Watanabe (Katsumoto)
     Billy Connolly (Zebulon Gant)
     Tony Goldwyn (Coronel Bagley)
   Guión John Logan
     Edward Zwick
     Marshall Herskovitz
Fotografía John Toll
Música Hans Zimmer
Montaje Victor Du Bois
  Steven Rosenblum
Sinopsis

El capitán Nathan Algren es un hombre a la deriva. Las batallas que libró en otro tiempo parecen ahora lejanas e inútiles. Una vez arriesgó su vida por el honor y por la patria, pero, en los años transcurridos desde la Guerra de Secesión estadounidense, el mundo ha cambiado. El pragmatismo ha reemplazado al valor, el interés personal ha ocupado el lugar del sacrificio y el honor no se encuentra en ninguna parte, especialmente en el Oeste, donde su papel en las campañas contra los indios acabó en desilusión y tristeza. En algún lugar de las implacables llanuras junto a la ribera del río Washita, Algren perdió su alma. En un mundo completamente distinto, otro soldado ve como su modo de vida está a punto de desintegrarse. Es Katsumoto, el último líder de un antiguo linaje de guerreros, los venerados samurais, que dedicaron sus vidas a servir al emperador y a su país. Del mismo modo que el estilo de vida moderno invadió el Oeste americano, acorralando y condenando a los indios americanos, también acabó con el Japón tradicional. Las líneas telegráficas y los ferrocarriles que llevaron el progreso amenazan ahora los valores y los códigos por los que los samurais han vivido y han muerto durante siglos. Pero Katsumoto no se irá sin pelear. Los caminos de estos dos guerreros convergen cuando el joven emperador de Japón, cortejado por los intereses norteamericanos que codician el mercado japonés en expansión, contrata a Algren para preparar el primer ejército de reclutas moderno de Japón. Pero cuando los asesores del emperador tratan de erradicar a los samurais como parte de los preparativos para un gobierno más occidentalizado y favorable al comercio, Algren se encuentra inesperadamente impresionado e influido por sus encuentros con los samurais. Sus fuertes convicciones le recuerdan al hombre que en otro tiempo fue. Inmerso ahora en un territorio duro y desconocido, con su vida y, tal vez lo que es más importante, su alma pendientes de un hilo, el atormentado soldado norteamericano se encuentra en medio de una violenta y épica lucha entre dos épocas y dos mundos, contando sólo con su sentido del honor para guiarle.

    
Referencias
Notas en el cinematógrafo
  • El punto de partida de esta superproducción realizada a la medida de su protagonista, Tom Cruise, tiene el atractivo de establecer un singular paralelismo entre la historia de Oriente y Occidente, adoptando como referentes el extermino de los indios americanos en el Oeste de Estados Unidos y la decadencia de los samuráis en el Japón tradicional.
     
  • A pesar de un guión al servicio de la espectacularidad y deudor de una superproducción de estas características, el personaje de Nathan Algren, interpretado con todas las limitaciones propias un actor como Cruise (que puede hacer frente, de esta manera, a todos sus registros interpretativos), encierra el desencanto de un soldado por su país que descubre en el Japón de los samuráis una identidad muy próxima a la que subyace en su interior y que, por ende, coincide con la de los vilipendiados indios americanos (y por extensión - llevando el planteamiento al extremo - coincide con la actual crisis de identidad americana), lo que le permite por fin formar parte del bando al que realmente pertenece.
     
  • En cualquier caso, la película se decanta por prestar más interés a las hazañas bélicas (a pesar de una poco cuidada utilización de los efectos digitales) que por esbozar con un mínimo rigor los principios que rigen el código de honor de los samuráis (es inevitable una referencia explícita al cine de Kurosawa y otra menos conocida y traducida a términos contemporáneos como el Gosht dog, de Jarmush), comprimidos todos ellos en el personaje encarnado por Ken Watanabe, quien compone un contrapunto interpretativo que, a pesar de tenerlo difícil, consigue arrebatar a Cruise muchas de las escenas en las que intervienen juntos.