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La casa de la alegría

Año 2000
País Reino Unido-Francia-Alemania-USA
Estreno 01-02-2002
Género Drama
Duración 140 m.
ZINEMA.COM T. original The house of mirth
  Dirección Terence Davies
  Intérpretes Gillian Anderson (Lily Bart)
    Dan Aykroyd (Charles Augustus Trenor)
  Eleanor Bron (Mrs. Peniston)
     Terry Kinney (George Dorset)
     Anthony LaPaglia (Sim Rosedale)
   Guión Terence Davies
Fotografía Remi Adefarasin
Música Adrian Johnston
Montaje Michael Parker
Sinopsis
Lily Bart es una hermosa mujer que frecuenta las reuniones de la alta sociedad. A pesar de vivir en la cresta de la ola, no tarda en descubrir la precariedad de su posición cuando su encanto empieza a atraer intereses y provocar envidias indeseables. Dividida entre su corazón y su cabeza, Lily parece hacer siempre lo adecuado, pero en el momento inoportuno. Dedicada a la caza de un marido rico, pierde la oportunidad de disfrutar del amor con Lawrence Selden. Su búsqueda de un buen partido puede acabar de forma escandalosa cuando es acusada de mantener relaciones con un hombre casado y sufre el rechazo de la sociedad y de sus propios amigos.
    
Referencias
Crítica

La casa de la alegría (The house of mirth), basada en la novela homónima de Edith Wharton, narra el desmoronamiento del pequeño gran círculo social y de supuestas amistades en el que se desenvuelve su protagonista. Lilian Bart, -magnífica Gillian Anderson-, es una adorable y hermosa mujer en la cima del éxito entre los miembros de la alta sociedad neoyorquina de principios del siglo XX, que lenta y efectivamente demasiado tarde, descubre la precariedad de su situación cuando su encanto y belleza comienzan a despertar los celos de los que decían ser sus amigos, convirtiéndose en la diana de intereses indeseables y viles artimañas que provocan su caída "en desgracia" y el rechazo de éstos.

Aunque los primeros movimientos de la protagonista en sociedad coinciden con los de una mujer frívola, derrochadora, cuyo único objetivo parece ser conseguir un marido solvente, de inmediato se percibe en ella una doble personalidad; por una parte, la mujer que desea cumplir con las expectativas del grupo social que frecuenta; por otra, la imposibilidad de ese logro, dominada por una fuerza interior que cuestiona la dudosa moralidad de sus actos, siempre alentada por la cercanía de un amor verdadero pero temerosamente cobarde, el del abogado Laurence Selden (Eric Stolz). El film se desarrolla mecido por la intensificación del carácter libre y digno de la protagonista a medida que el rechazo social se acrecienta, abandonándola a su suerte.

La adaptación y realización de esta gran película es obra de Terence Davies, obsesionado con el relato desde su lectura hace ya quince años. De una fuerte linealidad narrativa, todas las secuencias se yuxtaponen mediante hermosísimos fundidos encadenados en los que destacan las ventanas; ventanas que en la progresión del film, como en el irónico destino de la protagonista, pierden la luz radiante de los prados, tornándose cenital hasta la secuencia final, en la que apenas se distinguen los elementos del encuadre. Especialmente bella es la transición hacia el comienzo de la desgracia de Lilian en el viaje a Montecarlo: la cámara, en un travelling perfecto muestra la mansión vacía, los muebles resguardados por grandes sábanas, la luz de los días ya lejanos; de repente, una fina lluvia acompaña a la cámara desde el exterior de la mansión, a lo largo del río, inunda la pantalla con la proximidad de la reverberación de las gotas de agua, se transforma en el reflejo del sol , y en el surcar del yate en una bahía de la Costa Azul. Desde ese momento, la protagonista se convierte en una auténtica heroína, tachada de poco inteligente por su círculo, incapaz en su bondad de aceptar la realidad de un entorno hipócrita y banal. Sutilmente, el espectador percibe la arbitrariedad de los favores otorgados a Lili, tema por otra parte de gran vigencia en la actualidad, en un mundo superficial en el que el dinero es definitorio de las cualidades humanas.

Esmeralda Barriendos