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Pasión por vivir

Año 1999
País USA
Estreno 04-02-2000
Género Drama
Duración 95 m.
ZINEMA.COM T. original Passion of mind
  Dirección Alain Berliner
Intérpretes Demi Moore (Marie)
Stellan Skarsgard (William)
  William Fichtner (Aaron)
  Peter Riegert
  Sinead Cusack
   Guión Ron Bass
   David Field
Fotografía Eduardo Serra
Música Randy Edelman
Montaje Anne V. Coates
Sinopsis
Marie, una joven viuda norteamericana lleva una vida apacible junto a sus dos hijas en la campiña francesa. Solo aparentemente, porque cuando Marie se duerme, al momento se despierta Marty, una agresiva agente artística de Nueva York. Las respectivas relaciones sentimentales de este curioso personaje doble enturbiarán sus mundos paralelos.
    
Referencias
  • Segunda película del belga Alain Berliner, autor de Mi vida en rosa.
     
  • Está protagonizada por una Demi Moore a la que no se ve en pantalla desde Desmontando a Harry y cuya carrera cinematográfica, al contrario de la de su ex-marido Bruce Willis, está devaluándose con productos como La teniente O'Neill o La letra escarlata.
     
  • También intervienen Stellan Skarsgard (Rompiendo las olas), William Fichtner (Armageddon) y la esposa de Jeremy Irons, Sidney Cusack (Belleza robada).
     
  • Se presentó en el Festival de Cine de Cannes 1998.
     
  • El guión es del oscarizado por Rain man, Ron Bass, autor de La boda de mi mejor amigo, Más allá de los sueños, La trampa o Mientras nieva sobre los cedros.
Crítica

Teniendo como precedente la película Mi vida en rosa, una de las mejores producciones del año pasado, las expectativas respecto a la última película de Alain Berliner eran considerables. Se trata de su primer trabajo realizado en Estados Unidos en el que aborda un tema tan atractivo como el de la doble personalidad y la incapacidad para diferenciar el sueño de la realidad, un divertimento que se inspira en las teorías del doble y que ya se planteaba en su anterior película a través de un personaje que no se reconocía como hombre sino como mujer.

El problema comienza cuando se descubre que la película está protagonizada por Demi Moore, una actriz que no se caracteriza precisamente por tener una trayectoria profesional demasiado coherente y que en los últimos años ha participado en ínfimos subproductos. Pero si bien, este podría ser un problema superable, el problema se multiplica por la forma en la que Berliner traslada la historia a la pantalla. Toda la frescura, el derroche de imaginación y la ironía de Mi vida en rosa desaparecen de esta película para dar paso a lo evidente y predecible. El conflicto argumental se desarrolla sin progresar en interés y se resuelve de la manera menos atractiva posible. Aunque Berliner se aparta por completo de la absurda complejidad de Julia y Julia, una película con un punto de partida similar, el recurso a la simplicidad formal provoca una escasa curiosidad por lo que se va planteando.

La protagonista es una mujer atrapada entre dos vidas paralelas que se alternan cada vez que va a dormir. Desconoce cuál es la real y cuál el sueño. Lamentablemente ahí se queda todo, no hay conflicto, todo se limita a un problema psicológico similar al que podría causar una depresión. La trama avanza sin despertar la menor inquietud hasta que se produce una disociación que conducirá a la protagonista a descubrir lo que realmente está sucediendo.

Para diferenciar ambas vidas, Berliner opta por el recurso fácil de presentar las escenas que las separan con planos de los lugares en los que se desarrollan, la campiña francesa y Nueva York, provocando en este último caso el hastío con una saturación de escenas aéreas de la ciudad. Más interesante es el trabajo realizado por el director de fotografía. El tono cálido de la campiña francesa contrasta con la frialdad que tiñe las escenas neoyorquinas y que resaltan especialmente en la manera de iluminar el rostro de Demi Moore. El resto confirma la decepcionante impresión que produce este primer trabajo de Alain Berliner en Estados Unidos con el que demuestra, al contrario de lo que sucedía en décadas precedentes, el peligro que supone para muchos cineastas europeos introducirse en el mercado norteamericano.

N.A.